lunes, 15 de febrero de 2021

Charles Dickens

 Charles John Huffam Dickens (Landport, Portsmouth, Inglaterra, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870) fue un escritor británico. Creó algunos de los personajes de ficción más conocidos en el mundo y muchos lo consideran el mejor novelista de la época victoriana. Sus obras gozaron de una popularidad sin precedentes durante su vida, y en el siglo XX, críticos y estudiosos habían reconocido a Dickens como un genio literario. Sus novelas y cuentos todavía son muy leídos hoy y se adaptan habitualmente al cine.

Dickens ha sido elogiado por muchos de sus compañeros escritores, desde León Tolstói hasta George Orwell, G. K. Chesterton y Tom Wolfe, ​ por su realismo, su comedia, su estilo de prosa, sus caracterizaciones únicas y su crítica social. Sin embargo, Oscar Wilde, Henry James y Virginia Woolf se quejaron de su falta de profundidad psicológica, su escritura floja y su sentimentalismo.

El término dickensiano se utiliza para describir algo que recuerda a Dickens y sus obras, como las malas condiciones sociales o los personajes cómicamente repulsivos.


El estilo de Dickens es florido y poético, con un fuerte toque cómico. Sus sátiras sobre el esnobismo de la aristocracia británica —él llamaba a uno de sus personajes «El Refrigerador Noble»— son a menudo populares. Comparaciones de huérfanos con accionistas o comensales con muebles son algunas de sus más aclamadas ironías.

Personajes

A Dickens lo han llamado un autor cuyos personajes son de los más memorables y creativos en la literatura inglesa —si no exclusivamente por sus peculiaridades insólitas, con certeza por sus nombres—. Personajes, como Ebenezer Scrooge, Fagin, Mrs. Gamp, David Copperfield, Charles Darnay, Oliver Twist, Micawber, Pecksniff, Miss Havisham, Wackford Squeers y muchos otros, son tan bien conocidos, que se puede hasta creer que tienen una vida fuera de sus novelas y que sus historias continuarían con otros autores. A Dickens le encantaba el estilo del siglo XVIII, el romance gótico, incluso lo llegó a tomar a juego —Northanger Abbey, de Jane Austen, fue una muy conocida parodia— y mientras algunos son grotescos, sus excentricidades no suelen eclipsar sus historias. Uno de los personajes mejor dibujados dentro de sus novelas es la misma Londres. Desde los bares de las afueras de la ciudad hasta las orillas del Támesis, todos los aspectos de la capital británica son descritos por alguien que la amaba verdaderamente y que pasaba muchas horas caminando por sus calles.

Novelas por entregas

La mayoría de las obras maestras de Dickens fueron escritas como entregas mensuales o semanales en periódicos como el Master Humphrey's Clock y el Household Words, siendo posteriormente reimpresas en libros. Estas entregas hacían las historias más baratas y accesibles. Los seguidores americanos, incluso esperaban en los puertos de Nueva York gritando sobre la multitud de un barco que arribaba «¿Está la pequeña Nell muerta?». Parte del gran talento de Dickens era incorporar su estilo por entregas con un coherente final de novela. Sus números mensuales fueron ilustrados por, entre otros, «Phiz» (seudónimo de Hablot Browne). Entre sus más famosos trabajos están Grandes esperanzasDavid CopperfieldOliver TwistHistoria de dos ciudadesCasa desoladaNicholas NicklebyLos papeles póstumos del club Pickwick y Cuento de Navidad.

Su forma de concebir los personajes puede entenderse al analizar su relación con los ilustradores. Dickens trabajó muy cercanamente con los ilustradores, al comienzo les daba un prospecto del trabajo , asegurándose de que los personajes y los ambientes eran tal como él los imaginaba. Al leer la correspondencia entre el autor y el ilustrador, pueden ser mejor entendidas las intenciones de Dickens, lo que estaba oculto en su arte está plenamente explicado en estas cartas. Otro hecho que revelan las misivas es que los intereses del lector no siempre coincidían con los del autor. Un gran ejemplo de esto aparece en la novela mensual Oliver Twist. En un episodio de la misma, Dickens metió a Oliver en un enredo de un robo. Esta entrega concluía cuando Oliver recibía un disparo. Los lectores estimaron que se verían forzados a esperar solo un mes para saber cómo había salido el protagonista de ese disparo, pero Dickens no reveló lo que sucedió con el joven Oliver en el siguiente número sino que los ansiosos lectores tuvieron que esperar dos meses para descubrir si el niño viviría. Esto muestra cómo el deseo de un lector involucrado —de saber qué había sucedido— no coincide con la intención del autor, que era la de extender la intriga.

Otro efecto importante del estilo episódico fue la exposición a las opiniones de sus lectores. Como Dickens no escribía sus capítulos mucho antes de su publicación, podía comprobar la reacción pública y cambiar la historia dependiendo de esas mismas reacciones. Un ejemplo de este proceso puede ser visto en sus entregas semanales de la Vieja tienda de antigüedades, que es la historia de una persecución. En esta novela, Nell y su abuelo huyen del villano, Quilp. El progreso de la novela sigue el gradual éxito de la persecución. Mientras Dickens escribía y publicaba las entregas semanales, su buen amigo John Forster le señalaba a Dickens: «Sabes que tendrás que matarla, ¿verdad?». El porqué de este final, se puede explicar por un breve análisis de la diferencia entre la estructura de una comedia y la de una tragedia. En una comedia, la acción cubre una secuencia «tú crees que ellos van a perder, crees que perderán, ellos vencen». En una tragedia es: «Tú crees que ellos vencerán, crees que vencerán, ellos pierden». Como se ve, la conclusión dramática de la historia está implícita en la novela. Así, cuando Dickens escribió la novela en forma de tragedia, el infortunado desenlace era una conclusión ya sabida. Si él no hubiera deseado que su heroína perdiera, no debió completar la estructura dramática. Dickens admitió que su amigo Forster tenía razón y, en el final, la pequeña Nell fallece. Dickens también admitió que no deseaba matar a Nell, pero era un novelista y tenía que completar la estructura de la novela.

Crítica social

Las novelas de Dickens eran, entre otras cosas, trabajos de crítica social. Él era un fiero crítico de la pobreza y de la estratificación social de la sociedad victoriana. A través de sus trabajos, Dickens mantenía una empatía por el hombre común y un escepticismo por la familia burguesa. La segunda novela de Dickens, Oliver Twist (1839), fue responsable de la limpieza del actual arrabal de Londres que fue la base de la historia La isla de Jacob. Además, con el personaje de una trágica prostituta, Nancy, Dickens «humanizó» a tales mujeres para los lectores, mujeres que eran apreciadas como «desafortunadas», inmorales víctimas inherentes de la economía del sistema victoriano. La casa desolada y La pequeña Dorrit elaboraron extensas críticas hacia el aparato institucional victoriano: los interminables litigios de la corte de la Cancillería que destruyeron las vidas de las personas en La casa desolada y el ataque doble en La pequeña Dorrit con la patente ineficiencia y corrupción de las oficinas y con la irregular especulación de los mercados.

Técnicas literarias

A menudo Dickens usaba idealizados personajes y escenas de alto toque sentimental contrastando con sus caricaturas y las terribles verdades sociales que revelaba. La larga escena de la muerte de la pequeña Nell en la Vieja tienda de antigüedades (1841) fue recibida como increíble y conmovedora por los lectores de su época, pero fue vista como ridículamente sentimental por Oscar Wilde. En 1903 Chesterton dijo, acerca del mismo tema, «No es la muerte de la pequeña Nell, sino la vida de la pequeña, lo que objeto».

En Oliver Twist, Dickens proporciona a los lectores un idealizado retrato de un joven irrealmente bueno, cuyos valores jamás son subvertidos por brutales orfanatos o forzadas intervenciones en una banda de pequeños carteristas. También sus posteriores novelas se centran en personajes idealizados (como Esther Summerson en Casa desolada y Amy Dorrit en La pequeña Dorrit) este idealismo sirve solo para destacar el fin de Dickens de conmover con su crítica social. La mayoría de sus novelas están relacionadas con el realismo social, enfocándose en mecanismos de control social que dirigen las vidas de las personas (por ejemplo en las redes industriales en Tiempos difíciles y códigos de clase hipócritas y excluyentes en Nuestro amigo mutuo).

Dickens también emplea increíbles coincidencias (por ejemplo, Oliver Twist resulta ser el sobrino perdido de una familia de la alta sociedad que por azar lo rescata de un peligroso grupo de carteristas). Estas coincidencias son comunes en el siglo XVIII —siglo de las novelas picarescas (como Tom Jones de Henry Fielding), que Dickens disfrutaba bastante—. Para Dickens esto era un índice de un Cristianismo humanitario que lo llevaba a creer que el bien al final siempre vence, incluso de formas inesperadas. Viendo esto desde un contexto biográfico, la vida de Dickens, contra lo que se esperaba, lo llevó desde una desconsolada niñez forzado a trabajar largas horas en una fábrica de botas a la edad de 12 años (cuando su padre se encontraba en la prisión por deudas) hasta su estatus como el novelista más popular de Inglaterra a la edad de 27 años.

Elementos autobiográficos

Todos los autores incorporan elementos biográficos en sus ficciones, pero con Dickens esto es muy notable, incluso cuando temía ocultar lo que él consideraba su vergonzoso, humilde pasado.

David Copperfield es una de las más claras autobiografías, pero las escenas de la Casa desolada de interminables casos de la corte y argumentos legales pudieron venir solo de un periodista que tuvo que reportarlos. La propia familia de Dickens fue enviada a la prisión por pobreza, un tema común en muchos de sus libros, y la detallada descripción de la vida en la prisión de Marshalea en La pequeña Dorrit es debida a las propias experiencias de Dickens en aquella institución.

La pequeña Nell, en La vieja tienda de curiosidades es un pensamiento que representa a su propia cuñada, el padre de Nicholas Nickleby y Wilkins Micawber son, con seguridad, el propio padre del autor, así como la señora Nickleby y la señora Micawber son similares a su madre.​ La naturaleza esnob de Pip de Grandes esperanzas también tiene cierta afinidad con el mismo autor. Dickens pudo haber dibujado sus experiencia infantiles, pero él estaba también avergonzado de ellas y no revelaría que sus propias narraciones venían de la mugre.

Muy pocos conocían los detalles de su vida hasta después de seis años de muerto, cuando John Forster publicó una biografía en la cual Dickens había colaborado. Un pasado oscuro en tiempos victorianos pudo viciar reputaciones, así como a algunos de sus personajes, y este era quizá el propio temor de Dickens.

Obras

Novelas

  • Los papeles póstumos del Club Pickwick (1836–1837)
  • Oliver Twist (1837–1839)
  • Nicholas Nickleby (1838–1839)
  • La tienda de antigüedades (1840–1841)
  • Barnaby Rudge (1841)
  • Martin Chuzzlewit (1843–1844)
  • El pequeño Dombey (1846–1848). Traductor: M. Temprano. Alba Editorial, 2020, ISBN: 97884-90656952.
  • David Copperfield (1849–1850). Traductora: M. Salís. Alba Editorial, 2012. ISBN: 97884-84286783
  • Casa lúgubre (1852–1853). 2016, Penguin Clásicos.
  • Tiempos difíciles (1854)
  • La pequeña Dorrit (1855–1857)
  • Historia de dos ciudades (1859)
  • Grandes esperanzas (1860–1861). Traductor: R. Berenguer, Alba Editorial, 2020. ISBN: 97884-90657294
  • Nuestro común amigo (1864–1865). Traductor: D. Alou. Debolsillo, 2011, ISBN-13 : 978-8499088006.
  • El misterio de Edwin Drood (1870; inconclusa)

Relatos

  • Cuento de Navidad (1843)
  • Las campanas (1844)
  • El grillo del hogar (1845)
  • La batalla de la vida (1846)
  • El hechizado (1848)
  • Hombres intrépidos (1853)
  • Una casa para alquilar (1858)
  • El guardavía (1866)




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